Causas sin rebeldes

Digamos que hace sólo unos treinta años esta increíble historia que se aprestan a leer hubiese sido considerada ciencia ficción pura; aunque no niego que algún iluminado la hubiese podido intuir; pero el 99,9999 ad infinitum por ciento de los mortales la hubiese considerado de otro planeta. Lo que leerán es completamente real, aunque algunas partes no sucedieron, pero sí fueron incorporadas por la  imaginación de los personajes. 

Dos tipos sesentones iban por un camino de tierra por bajas lomas entre la quinta y la cuarta región. El paisaje lucía el verde de las hierbas que crecen gracias a las lluvias de invierno; los espinos se apreciaban esparcidos densamente y algunos grupos de quillayes otorgaban algo de sombra en aquel lumínico paisaje. Humanos casi no se apreciaban en esos parajes, sólo se distinguían algunos ranchos a mal traer y piños de cabras cruzando el camino. Iban literalmente, pa’l la’o de los quesos. Claro, a eso iban los hombres, a buscar quesos de cabra, famosos en esos lares por su buen sabor. Antes de llegar al rancho buscado, uno de los hombres le pide a su amigo que detenga el auto porque quiere desaguar las aceitunas. Mientras el uno orina, el otro toma por inercia su teléfono celular y ve que tiene un par de mensajes en su correo electrónico y un circulito rojo en la aplicación de wasap. Abre uno de los correos y, aunque no se pone las gafas ópticas, logra descifrar que se trata de un mensaje importante para sus negocios. De todas maneras, juzga innecesario saber exactamente de qué trata el mensaje, pospone su curiosidad para la tarde, porque ahí la vida ha sido la misma por quinientos años sin necesidad de estar conectados a internet, entonces prefiere disfrutar del bello ambiente natural que entra como por osmosis a sus sentidos. 

Antes de contar el desenlace de esta “brígida” (como dicen los lolos de hoy) historia, es preciso mencionar algunos datos cronológicos con respecto al desarrollo de los teléfonos celulares. Recién en 1973, Martin Cooper de Motorola realizó la primera llamada desde un celular a un teléfono fijo. Luego en 1981 Eriksson lanzó el primer sistema de telefonía móvil del mundo. Motorola fue la primera compañía en comercializar un teléfono celular en 1983. Valía 4.000 dólares, pesaba un kilogramo, y medía 33 cm de ancho, 44 cm de largo y 8,9 cm de espesor. A inicios de los 90, sólo las personas con rentas altas podían acceder a un teléfono móvil; entonces pagaba la llamada tanto el que llamaba como el que recibía.

En 1998, con el método de prepago se masificó en Chile el uso del celular. En ese año aparece el comercial de Faúndez en televisión, por parte de la compañía CTC Startel. Luego en el 2008 llegó al país el Blackberry bold incorporando un teclado físico bajo la pantalla; marcando la llegada de los teléfonos inteligentes 3G. En 2009 aparece el sistema operativo Android con conexión a Internet. Para sintetizar un poco este recuento, finalmente y sin preguntarnos, nos incorporaron en el 2023, (para no usar una palabra más prosaica), la Inteligencia Artificial Generativa en todos nuestros teléfonos móviles.

                                                                                                                            Esta historia continuará…

Citadini

Fuente imagen: imagenagropecuaria.com

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