Una experiencia inolvidable
Ubicado en el Cerro Alegre, en las edificaciones del antiguo colegio alemán de Valparaíso, este museo es un deleite para los sentidos. Reacondicionado para museo, el emprendimiento fue realizado por la familia Dib para honrar a los inmigrantes de distintas nacionalidades que se avecindaron en el puerto a partir del siglo dieciocho y diecinueve: a los españoles, alemanes, italianos, ingleses, franceses, árabes, y en menor medida, a los griegos, suizos, polacos, croatas, portugueses y otros.
La experiencia inmersiva, donde se recrean escenarios de la época, aunando imágenes, aromas, y sonidos, inserta al público de forma cronológica, en la vida de los inmigrantes que se asentaron en Valparaíso.
Finalizado el recorrido uno debe destacar el enorme esfuerzo que se puso para dar vida a este museo, la recopilación de los objetos, los detalles en su curaduría, el uso de técnicas audiovisuales modernas, los aromas, en fin. Una aventura extraordinaria.

Además, el museo está enclavado en el pintoresco Cerro Alegre con fabulosas vistas en 360 grados, donde uno en pocos minutos disfruta de un collage de postales arquitectónicas hermosas surgidas de ese crisol de etnias que le dieron la impronta al puerto.

Al salir del museo, Valparaíso no se ve igual: se aprecian los retazos de historia que los inmigrantes fueron construyendo y dando vida a la ciudad en aquellos años, y a la cultura que se esparció más allá de los límites de la ciudad puerto.
Por la cercanía geográfica con Valparaíso, recomendamos a los habitantes del valle de Aconcagua visitar el Museo de la Inmigración.

