La tarde está llorando

La tarde está llorando y es por ti, podría ser el título adecuado para lo que sucedió la tarde del último sábado, 17 de mayo, sobre el césped del Estadio Municipal de San Felipe, ante poco más de 700 espectadores, que soportaron estoicamente el frío, un amago de lluvia y una pobre presentación futbolística del cuadro local, que ha hecho de la lentitud su forma de jugar.

Quizás lo único que hizo entrar en calor a los hinchas uniunistas, ocurrió cuando tuvieron que guarecerse de los proyectiles que lanzaban los fanáticos de Rangers, sobre los espectadores del sector Andes, durante el entretiempo.

En el segundo tiempo, las cosas no cambiaron mucho, sólo que el visitante mostró un poco más de interés por ganar el cotejo… Hasta que ocurrió lo que ya se ha hecho una costumbre: en los últimos minutos los del Piduco clavaron dos estocadas en las redes sanfelipeñas.

El partido terminó con frustración de la torcida local, que increpaban a los deportistas por no correr, por no mojar la camiseta, aunque en rigor las pocas gotas de lluvia que cayeron, algo las mojarían.

Frente a los hechos consumados, me quedé pensando en unos versos del poeta peruano, César Vallejo: Hay golpes en la vida, tan fuertes, ¡Yo no sé golpes! como del odio de Dios. Después pensé, que era un poco exagerado, y que bastaba con la popular canción, La tarde está llorando y es por ti.

Ofiuco

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