Los versos del himno nacional calzaban perfectamente con el telón de fondo, que lucía el estadio municipal de San Felipe, para el cotejo del sábado frente a Antofagasta «majestuosa es la blanca montaña», y esa belleza paradisíaca fue testigo de la primera derrota de Unión San Felipe, en horario de mediodía de sábado.
Que junto a los más de mil hinchas presenció también, «un arbitraje de Poncio Pilatos» como escribió, alguna vez, el futbolizado Eduardo Galeano. En efecto, el juez, Assadi, tuvo un arbitraje discutible, que terminó perjudicando al local.
Los anfitriones, al igual que en cotejos anteriores comenzaron, presionando al rival, recuperando el balón, para llegar rápidamente a la portería visitante.
En una de tantas aproximaciones, luego de un centro, los del Aconcagua, reclamaron una mano en el área que el juez desestimó.
El Uní Uní siguió atacando, pero, ni la suerte, ni la puntada final estaban de su lado, fue así como una pelota que rebotó en un vertical del pórtico nortino, produjo un contra golpe a favor de la visita, derivó en la expulsión del defensor sanfelipeño, Navarro.
De ahí en adelante, el partido cambia, no así la disposición de los forasteros, que no hacían mucho por el espectáculo, a la espera, quizás, de un contra ataque.
Cambia, todo cambia, dicen los versos de Julio Numhauser, pero, en el contexto del partido, lo que no cambió fue la actitud del referí, que continuó aplicando distinto criterio, para jugadas similares, que invariablemente perjudicaron al once local, que a esa altura, jugaba con diez.
«Quien tiene alma, no tiene calma», versos de Pessoa, que reflejan el quehacer del Uní Uní , sobre el césped del municipal, pues siempre intentó ir hacia adelante, administrar bien el balón. En una jugada, intentando salir rápido, pierden el balón, situación que aprovecharon los de la perla del norte para abrir el marcador.
Después del 0 – 1, en contra, los albirrojos siguieron buscando, mientras los antofagastinos caían al piso continuamente, «el gesto forma parte de una pantomima mayor», contaba Benedetti, en su cuento, El césped; y esta fue una situación que el referí, no supo manejar.
Finalmente, una nueva omisión de Assadi -permitió un contra golpe visitante, luego de una clara infracción sobre Boris Sagredo- que culminó con el segundo tanto forastero.
Decir finalmente, que si bien, Unión San Felipe, no tuvo el desempeño de otras jornadas, mostró una buena línea de juego; se encontró esta vez con un rival inesperado: el árbitro del encuentro. Testigo de ello, la blanca montaña.
Ofiuco
Fuente imagen: soychile.cl