Sabor a nada

El neurocientífico Mariano Sigman, afirma «elegir las palabras es como elegir el vestuario. Las palabras que usamos dan forma y color a nuestro mundo». Esta frase aplica a lo que fue la presentación de Unión San Felipe frente a Magallanes.

Si bien en los primeros minutos del partido pareció que los del Aconcagua salieron a buscar el partido, con el correr del tiempo aquella actitud pareció cambiar; en este sentido, se puede colegir que la palabra, convicción, no fue elegida para la puesta en escena del partido del viernes por la matiné.

Si bien los uninistas manejaban mejor el juego, recuperaban bien el balón, y no dejaban progresar a los carabeleros en la cancha, los avances en pos del pórtico rival se diluían, tal vez por falta de convicción. El poeta Rafael Alberti, se pregunta, «qué cantan los poetas andaluces, que cuando cantan parece que están solos» . Y esa es la sensación que deja el encuentro: la de jugar el partido sin sentir que detrás del equipo está la hinchada, que grita, que apoya  y sufre porque ve que su equipo, no impone su juego sobre un rival, que al menos, en el papel, no representaba un gran riesgo.

El inicio de la segunda etapa, fue similar a la primera fracción, el Uní Uní insinuaba que iba por el triunfo, para poco a poco perder protagonismo y dejar que el rival se aproximara al área sanfelipeña.

Leía hace poco unos versos que dicen «benditos los cambios que me cambian», y en el caso de los manojitos de claveles fue tal cual, a partir de los relevos introducidos por Miguel Ponce, el técnico de Magallanes,  éstos se vieron mejor; mientras que en Unión San Felipe, coincidencia o no, a los minutos que Palladino realiza un par de cambios, le convierten el 1 a 0.

De ahí en adelante, el partido es otro. Los locales, con el marcador a favor, comienzan a jugar con la desorientación de los forasteros.

Y como para corroborar, que en estos de hacer sustituciones el DT local andaba inspirado, Carlos Muñoz, que había ingresado recientemente, logra perforar la portería sanfelipeña por segunda vez.  Ahí el partido se cerró a favor del local, aunque quedaba algo de tiempo, como para pensar en una reacción, porque la palabra, convicción, al parecer no estuvo citada para el partido.

El pitazo final, dejó al Uní Uní sin sumar, con un 2 a 0, que no se condice con lo sucedido en la cancha. En fin: sabor  a nada.

Ofiuco

Fuente imagen: puranoticia.pnt.cl

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